domingo, 8 de septiembre de 2013

-De Boltaña a Jánovas

Estamos a mediados de agosto y les propongo a Roberto y a Jorge, dos buenos amigos del camping, irnos hasta Jánovas, asi que fijamos el domingo 11 de agosto para hacerla. Jánovas para el que no sea de la zona es un pueblo abandonado en la década de los 60, más bien desalojado a la fuerza, para construir allí un pantano que jamas se llego a construir, y que hoy más de 50 años después, todavía sus dueños originales están en litigios por la reversión de las tierras, sin más y sin querer entrar en temas administrativos de este nuestro santo país, me limito a describir la excursión.
El camino esta bien señalizado y comienza en la puerta del otro camping del pueblo, el Camping la Gorga, seguiremos el PR-HU-40, en el cartel indica 2 horas, pero el que lo escribio debió correr mucho, mínimo 20 minutos más, además nosotros le añadiremos otros 30 minutos, que es lo que cuesta ir del Camping Boltaña al Camping la Gorga, por el bonito camino paralelo al Río Ara, aunque a decir verdad, todo el sendero es más o menos paralelo, porque remonta el río Ara desde Boltaña a Jánovas.
Asi pués quedamos en la recepción a las 7,15 pero alguno se retrasa y salimos a las 7,30, el sol quiere imponerse por encima de la Peña Montañesa, y reflejan los rayos en el acristalamiento de la pista de padel del camping.




Sobre las 8.00, después de haber hecho esta foto del pueblo de Boltaña desde la ribera del río, llegamos al punto de inicio del sendero.



El camino es estrecho al principio, enseguida en unos 10 minutos llegamos al puente romano de Boltaña que hay sobre un barranco que baja por una de las laderas que viene de la Guarguera, lo cruzamos y ascendemos un para de zig-zags que nos lleva a la carretera que va a Campodarbe, descendemos hasta el puente y cogemos la pista que sale a nuestra izquierda según bajabámos.


Después de llanear un poco la pista va ascendiendo hasta que nos encontremos con una barrera, aquí seguiremos a la derecha dirección a un caserío pero un poco antes de llegar estaremos atentos a las marcas porque no hace falta llegar hasta él, desde aquí el camino esta bien claro y marcado, una vez ascendemos un poco más el camino ya será todo por bosque y a la sombra, que no es lo de menos, echando la vista atrás hacemos fotos de la carretera con el río, cuando vas por ella no te puedes imaginar que en las laderas de enfrente hay un camino.




El sendero siempre va paralelo al río pero no a su misma altura, ya que la zona es muy abrupta, hay que subir y bajar varios repechos, alguno ya bastante largo y pendiente

Jorge y yo en una de las bajadas

Jorge y Roberto  a la sombra de una gran roca

Un alto en el camino a hidratar y a posar

Uno de los descensos


Una vez superados estos tramos sube-bajas, rompepiernas como dicen los ciclistas, encaramos la bajada final hasta el lecho del río, una bajada bastante pronunciada, y allí tenemos que ir con cuidado porque pasamos por un estrecho en la roca, si resbalas chapuzón.
Foto que me hace Jorge que va por delante

Y foto que le hago yo jorge



Una vez superado este paso nos queda una sorpresita, hay un paso con cadenas, un pasamanos de seguridad, no imprescindible, pero se agradece (momentos delicados, éste y el anterior si se va con niños poco acostumbrados al monte).





Y una vez en el lecho del río, el paraje es espectacular, estamos en lo que se llama estrecho de Jánovas, donde la carretera también tiene lo suyo.


Remanso de tranquilidad

Vemos uno de los túneles de la carretera vieja


Llegamos a una estructuras de hormigón, que supongo que es aquí donde iria la presa, tenemos que escarlarla y enseguida llegamos ya al puente colgante que une el camino a Jánovas con la carretera, hasta aquí nos ha costado 2 h 45 minutos.

Roberto en plena escalada, que estilo




Puente colgante

Autorretrato de familia
Salimos a la carretera y en un mirador de la carretera en el que se puede parar, a unos 10 minutos, nos espera Raquel la mujer de Roberto para llevarnos de vuelta al camping, en total casi 3 horas, y ahora toca almuerzo con la familia y piscina para relajar las piernas, y para acabar con las fotos, dos sacadas desde el mirador  (decir que desde el puente al pueblo hay unos 10-15 minutos, pero como ya hemos estado otras veces nos volvemos ya). Hasta la próxima


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