Estamos a mediados de mayo de 2005, y tengo ya un mono enorme de subir al Pirineo, me pongo en contacto con mi cuñado y con mi colega Eduardo, para ver posibles alternativas, al final decidimos ir al Ibón de Escarpinosa en el valle de Estós, así que llega el sábado y para allá que nos vamos, después de pasar Benasque hay que estar atentos para coger el desvio de dicho valle, unos cientos de metros de pista y llegamos a un parking de tierra, donde nos espera un abuelo del lugar y nos dice que 3 euros por dejar el coche, el hombre esta sentado en una silla y no hay ni caseta ni nada por el estilo, asi que le pagamos al buen hombre y nos vamos para arriba siguiendo el sendero, seguimos el GR-11 (que nos llevaría al Refugio de Estós) hasta el desvio que cogeremos en el Ibonet de Batisielles; el paisaje es fantástico, estamos a mitad de primavera y todo esta verde, incluso húmedo, ha debido llover un día o dos antes. Nos hacemos unas bonitas instantáneas con árboles que están cruzados en el camino.
Al cabo de poco más de una hora y media llegamos al Ibonet de Batisielles, no sin antes haber superado un fuerte desnivel en un duro zig-zag, el laguito es poco más que una charca, de ahí lo de ibonet, pero no deja de ser bonito el reflejo de los árboles en el agua, preludio de lo que nos encontraremos más arriba.
Seguimos haciendo fotos del valle de Estós y al poco vemos un cartel que indica a la derecha el Ibón de Batisielles,
nosotros seguimos en la otra dirección, a cabo de unas 2 horas y media desde el parking llegamos al Ibón de Escarpinosa,
antes cruzamos por el desahogo del lago, momento inmortalizado adecuadamente.
El ibón no es demasiado extenso comparado con otros pero dado que no estamos a excesiva altitud todavía, unos 2000 metros, todavía hay bastante vegetación, lo que lo convierte en un paraje espectacular donde los haya y como decía antes, el reflejo en sus cristalinas aguas es una delicia para la vista.
Como hemos madrugado bastante para salir de Zaragoza, aún no son ni las 13,00 horas, por lo que decidimos prolongar la caminata y subir a los ibones de Perramo, unos 250 metros más arriba, el camino aquí ya se pierde un poco, tenemos que “roquear” un poco y cruzar un par de neveros, aquí si que todavía hay bastante nieve y el lago todavía esta bastante cubierto de hielo, hacemos las fotos de rigor y bajamos otra vez al de Escarpinosa para hacer aprecio a nuestra viandas (preferimos bajar y pasar el tramo rocoso y comer tranquilamente abajo).
Ibones de Escarpinosa subiendo a Perramó |
Ibón de Perramó |
Cruzamos el nevero ya descendiendo |
Nos ha costado una hora y cuarto subir y bajar a Perramo, comemos y sobre las 15,00 horas inciamos un plácido descenso de una par de horitas, para culminar en Benasque con unas buenas jarras de cerveza, ellos dos claro, yo conducía y me conforme con un par de cocacolas.
Esta es una excursión que recomiendo sin dudarlo quién quiera disfrutar de uno de los mejores paisajes del Pirineo, el valle de Estós, el desnivel superado se hace más llevadero contemplando los paisajes, tanto el que esta por llegar como el que vas dejando atrás, gran parte de la ascensión es arbolada con lo que aumenta su belleza.
Ya de vuelta antes de desembocar en la carretera A-138, (unos 12 km antes de llegar a Barbastro) Eduardo me dice que pare en la boca de un túnel, donde hay un pequeño ensanche para la ocasión, andamos por un estrecho sendero (que se ve en la foto al lado del cartel indicador del túnel) y desembocamos en un puente tipo romano, desde el cual las vistas sobre el río son espectaculares. Pequeña parada que recomiendo a todo el que pase por aquí.
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